Las tres conclusiones principales del CES 2020
Las grandes tecnológicas se enfocan en la casa inteligente, mientras que la industria automotriz lucha por definir su identidad.
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Detrás de todo el brillo y la exageración, el Consumer Electronics Show (CES, su sigla en inglés) es un buen lugar para detectar algunas de las tendencias más importantes que dan forma a la industria tecnológica. Aquí hay tres que se destacaron esta semana.
Primero, "Big Tech inside" se ha convertido en una fuerza poderosa en el mundo tecnológico personal, para la incomodidad de algunas de las compañías de electrónica de consumo que se han visto obligadas a alinear sus propias estrategias con las de los gigantes tecnológicos.
Desde que Amazon y Google lucharon por plantar a sus asistentes activados por voz en tantos dispositivos como sea posible, el software y los servicios de algunas de las firmas tecnológicas más grandes se han convertido en importantes fuerzas de animación en tecnología de consumo.
Este año, esto fue evidente por los dispositivos como las ampolletas conectadas a la plataforma de hogar inteligente HomeKit de Apple (de Sengled) y el cepillo de dientes conectado al iPhone que rastrea sus hábitos de cepillado (Oral-B).
Mientras, Amazon está tomando la estrategia que desarrolló para Alexa y la está utilizando para avanzar en sus ambiciones de televisión inteligente. Su Fire TV ahora está integrado en las barras de sonido de TV de otras empresas, que podrían estar convirtiéndose en importantes centros digitales en el living. Roku, el proveedor independiente líder de software para las smart-TV, ha ideado una estrategia similar.
Suministrar el software -y el hecho de ser la primera pantalla que los espectadores ven cuando encienden un dispositivo- debería ayudar a estas compañías a que los servicios de transmisión de video se extiendan más allá del televisor. Netflix y Disney pueden tener las bibliotecas de contenido más impresionantes, pero ¿dónde están las estrategias de hardware para mantenerlos al frente y al centro en un mundo de en el que el "video está en todas partes"?
Mientras tanto, las tensiones causadas por las crecientes ambiciones de las Big Tech se desbordaron. La compañía de altavoces de alta gama Sonos aprovechó el día inaugural de CES para demandar a Google por supuesta infracción de patente. Sus altavoces han sido vehículo para el servicio de transmisión de música y para el asistente digital de Google. Pero ese trato claramente no está funcionando para Sonos, lo que lo ha llevado a romper con un importante socio tras acusar a Google de usar su músculo injustamente para absorber datos de los consumidores.
Otras tendencias
Una segunda tendencia destacada en el CES de este año es que el "big data" triunfa sobre la privacidad. Lapsos como los encontrados en el timbre de Amazon Ring sirvieron esta semana para resaltar los riesgos de privacidad y seguridad en la tecnología del hogar inteligente. Pero el uso de datos personales para hacer que los dispositivos y servicios digitales sean más inteligentes ahora es una fuerza importante en todos los rincones de la tecnología de consumo.
El colapso en el costo de las cámaras, por ejemplo, ha puesto los ojos digitales en todas partes. La visión ahora puede integrarse en audífonos que vigilan con quién está hablando (OrCam), una pelota amarilla que lo sigue por el hogar e intenta anticipar sus necesidades (Samsung) y una maleta autopropulsada (Ovis).
La aparición de la salud y el bienestar como fuerzas impulsoras de la tecnología personal ha dado un nuevo impulso a la revolución de los datos personales. Tal y como Matt Parry, un ejecutivo de Walmart involucrado en el desarrollo de clínicas de salud en la tienda de esa compañía, lo expresó: "Los clientes están desesperados porque conectemos los puntos". Eso significa utilizar lo que sabe sobre ellos para informar decisiones de compra más saludables, con "una solución de big data para ayudarlos a vivir sus vidas".
La tercera tendencia a la vista en Las Vegas esta semana ha sido la profundidad de la crisis de identidad que ha afectado a la industria automotriz. Toyota admitió abiertamente que no tenía idea de cuál era su futuro a largo plazo. "Movilidad", la palabra que los fabricantes de automóviles usan en estos días para describir el punto de su industria en un futuro donde la robotaxis autónoma prevalece, sugiere que el transporte personal se convertirá en una utilidad indiferenciada.
Toyota presentó una visión en la que los autos se reducían a contenedores insípidos que transportaban a las personas a una ciudad inteligente. Si este es solo un elemento en un sistema urbano más grande, Toyota ha seguido el pensamiento hasta su conclusión lógica: dice que comenzará la construcción el próximo año en una ciudad de prueba para ayudar a dar forma a su estrategia futura.
En un contrapunto apropiado a la crisis de identidad de Toyota, Sony hizo la pieza central de su aparición en el CES: un auto. No tiene la intención de producir realmente el prototipo de un vehículo eléctrico. El punto, en cambio, radica en los 33 sensores Sony dentro y fuera de la unidad, y sus sistemas inmersivos de información y entretenimiento.
El mensaje: en el futuro del automóvil eléctrico, el vehículo en sí será poco más que un trozo de metal sobre ruedas. En cambio, es la inteligencia y las experiencias digitales que comprenderán el alma de esta nueva máquina.
Con solo el 3% del mercado actual de sensores de imagen en automóviles, Sony tiene un largo camino por recorrer para demostrar que puede transformarse en un importante proveedor estratégico para la industria automotriz, y mucho menos subsumir a los fabricantes de autos tradicionales con su visión más amplia. Pero al igual que otros poderes tecnológicos de consumo que se aferran a un nuevo propósito, sabe que el futuro requerirá una reinvención seria.